miércoles, 6 de abril de 2011

Sobre la posibilidad de una verdadera democracia en México, o de cómo la Internet sirve para algo más que ver fotos de tus exes en Facebook

En en el ensayo anterior además de echar pestes de lo que denomino 'centralismo mexicano' prometí que compartiría lo que yo creo que es una alternativa viable para salir del hoyo. Y bueno, aquí va....

En primer lugar hay que darnos cuenta que no estamos en el hoyo (¡Ey, al menos estamos mucho mejor que Somalia!). México es un país grande y con peso económico. En términos de PIB somos la economía número trece en el mundo US$ 874,809,714,008. Claro, si vemos el PIB per cápita (US$ 8.14 a precios actuales) entonces ya no nos va tan bien y nuestro GINI es vergonzoso, pero precisamente por ahí va la solución. Nuestro problema no tiene que ver con limitantes físicas. Gran parte de nuestro problema es cultural.

México históricamente ha sido regido por cacicazgos opresivos al punto en que la apatía ciudadana es algo firmemente enraizado en nuestra identidad nacional. Déspota tras déspota el pueblo mexicano se ha acostumbrado al papel de víctima. Hemos construido una imagen de nosotros mismos como impotentes ante el tirano. Esto no es gratis, por mucho tiempo fue nuestra realidad. Durante más de setenta años el PRI nos enseñó que disentir se pagaba con la vida, que nosotros los ciudadanos no podíamos aspirar a controlar nuestros propios destinos y que la única manera de ser políticamente activos era acoplándonos a su sistema monopartidista. En el 68 nuestros padres dijeron “ya basta!” y el gobierno les dio en toda su madre. Desde entonces aprendimos a quedarnos callados. La inercia para el cambio se logró gracias a una serie de reformas en nuestro sistema electoral, pero éstas, más que un triunfo del pueblo sobre el partido opresor, fueron un regalo de un disidente dentro del mismo monstruo; estoy hablando de Ernesto Zedillo (y si me preguntan el es el justo sucesor de Zaragoza en los billetes de a quinientos). A lo que voy es que nosotros no nos ganamos la democracia, se nos fue dada por las mismas contradicciones dentro del viejo sistema. Quiero hacer notar que esto último no quiere decir que no se luchó por ella, muchas personas lo dieron todo por la causa, pero el fin de la pugna democrática vino de manera sistémica, no revolucionaria.

El problema que surgió de este evento fue un pueblo que nació en la vida democrática sin una remota idea de cómo hacerla funcionar. Creímos que con tener votaciones libres todo iba a cambiar, pensábamos que elegir a nuestros gobernantes se traducía automáticamente en una suerte de emancipación y nueva libertad. Pero de la manera dura descubrimos que no importa a quién pongas, si no lo estás checando va a hacer lo que se le dé su rechingada gana, sea del partido que sea. Una verdadera democracia significa tener a los lideres de elección popular por los tanates obedeciendo los designios del pueblo.

La verdad es que, si nos vamos por esa definición, las democracias actuales tienen muy poco de democráticas. Miren a Estados Unidos, por ejemplo, el defensor más beligerante de la democracia en la arena internacional. Su democracia no es más que un vil show que chupa millones de dólares y es incapaz de traer verdaderos cambios. Obama no es más que un G.W. Bush menos agresivo y cínicamente estúpido (es cínicamente cool). Su país está gobernado por los banksters que tienen control absoluto sobre su política monetaria y su power elite que controla sus políticas públicas e internacionales en beneficio de sus intereses propios y lo mismo pasa más o menos en todas las democracias modernas. La realidad todo está en función del leverage real que la población puede tener en asuntos políticos.

En fin, estoy a punto de acabar este ensayo (si me extiendo más no lo leen) y nunca hable ni de la Internet, ni de Fb, ni de mis exes, pero la verdad es que ya casi estoy ahí y lo que quiero decir es bien sencillo. La Internet es el leverage que el pueblo necesita; representa algo muchísimo más revolucionario que el networking/stalking cibernético. ¡Vaya, es incluso más grande que los millones de TB de pornografía en la red! Es libertad ilimitada de información. Sus posibilidades van más allá de wikigate o la orquestación de golpes de estado en el África septentrional. En otros países ya existen tecnologías que buscan integrar la democracia a la revolución digital. Para informarse más del tema y conocer distitnas iniciativas a nivel global pueden, como cultura general, pueden leer el artículo en Wikipedia. También, pueden ver dos ejemplos buenísimos y concretos actualmente en acción en el Reino Unido: Where does my money go, sitio para checar en qué se gasta el gobierno los impuestos de los ciudadanos y They work for you, web para vigilar cuándo y cómo votan sus ministros (equivalente a nuestros queridísimos diputados y senadores). ¡Lo mejor de estas iniciativas es que son open source; es decir, el código del software utilizado para crear y mantener estos sitios es gratuito y puede ser modificado al gusto. Sí estás en eso de las TI y tienes una vena activista, ya tienes por dónde empezar. Lo que necesitamos es juntar masa crítica; sembrar consciencia para cimbrar al status quo.

THINK GLOBALLY ACT LOCALLY!
NOW!

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